bajo la mirada atenta,
de este gato melocotonero,
de esta gata arrabalera.
Que no le puse vainilla,
por que caro su contenido estaba,
le pague con tres pelos felinos,
y dos manchas de lana.
-¡Hay!, que caro esta todo-,
le dije a la empleada y me miro a la cara.
-¡Que cara esta la vida!-, me dijo,
y me salio una cana.
Otros versos Miguelianos.