En socorro de la poesía mismas,
de ese mal entender,
de que en ella,
solo dolor se encuentra.
Reniego como caballero,
con brillante armadura,
de la equivocada atadura entre el dolor y el verso.
Que lleguen a mí,
ese saber de los dioses,
la melodía de metal,
para defender con alegría,
de que de mi espíritu brota la poesía.
Por ella lo digo,
porque a ella la quiero,
!muchachia¡ de pelo negro,
que no te asustes,
si te beso... en verso.Versos Miguelianos.
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